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Bueno, les venía diciendo que
este semestre fue para mí uno de los mejores que he vivido (hablando de
semestre como la suma de seis meses, no necesariamente semestre escolar).
En enero, además de la materia de
“Capacitación y Desarrollo” para quinto cuatrimestre de Administración, me
asignan materias un poco diferentes a las materias de Recursos Humanos que, por
decirlo de algún modo, son “mi fuerte”. Me dieron las materias de: “Habilidades
de Planeación” para quinto cuatrimestre de Psicología, tanto intrasemanal como
sabatino, y “Liderazgo y Coaching” para sexto semestre de Administración,
Contaduría y Psicología (por esta materia es por la que andaba haciendo
“berrinche”).
A pesar de ser temas que conocía,
y que incluso aplicaba en mi vida diaria (por ejemplo, la materia de
“Habilidades de Planeación” toca temas como: planeación de tiempo, planeación
financiera, personalidad emprendedora, etc. La de “Liderazgo y Coaching” habla
de comunicación efectiva, manejo de conflictos, delegación, influencia, etc.) me
ponía un poco nervioso el hablar de temas de los cuales nunca había hablado frente
a grupo (salirme de mi zona de confort pues).
Cabe mencionar que, a mi parecer,
no me fue tan mal impartiendo estas dos clases, pero lo importante aquí fueron
las experiencias adquiridas extra-aula.
De las experiencias extra-aula
hablaré en otra entrada (la más importante: el viaje a la Huasteca Potosina con
alumn@s de la modalidad escolarizada), ahora hablaré de algo que alcance a
percibir.
A inicios de semestre,
la Directora nos avisó a los docentes que era importante que fuéramos vestidos
formales a impartir nuestras clases para dar una mejor imagen a l@s alumn@s
(por formal se refería a: pantalón y camisa de vestir) cosa que hice desde la primer clase y
para todas las modalidades… el asunto aquí fue que yo no estoy tan acostumbrado
a usar pantalón de vestir y empecé a darme cuenta que usarlo me limitaba mucho
en mi manera de conducirme a los demás, era como si algo dentro de mí me
dijera: “vienes vestido formal, tienes que actuar formal” y, para l@s que han
sido mis alumn@s saben que el humor es parte importante de mis materias.
Entonces descubrí que la frase “Para
ser hay que parecer” es muy cierta, es decir, si queremos ser formales, hay que
parecer formales y eso puede ser de mucha ayuda cuando quieres dar esa
impresión (anótenle).
Total, me di cuenta que, a mí, vestir
formal más que ayudarme a algo me impedía dar las clases como yo quería … Así que en
mayo volví a dar clases en jeans, pero eso será tema de otra entrada...
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